Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó que la Tierra navega con su sombra. La Luna dentro de su órbita la sigue en todo momento, pero no siempre queda bajo esta sombra porque su órbita esta inclinada, a veces se ubica arriba y a veces abajo.
En algunas ocasiones coincide que el satélite queda bajo la sombra de su compañera la Tierra y es cuando se da un eclipse lunar. En este momento vemos su fase llena.
En la antigüedad los eclipses fueron “importantísimos” porque la sombra de la Tierra en la Luna siempre se refleja en un círculo y el único objeto que invariablemente produce esta forma es una esfera. Esa es una de las pruebas más antiguas de la esfericidad de la Tierra.
¿Qué sucede cuando hay Luna de sangre?
La Luz del Sol llega a la atmósfera de la Tierra y actúa como una lupa que desvía la luz y la manda hasta la Luna. El espesor de la atmósfera de la Tierra, sumado a partículas de polvo, arena, cenizas volcánicas, entre otros, absorbe la luz azul, verde y amarilla del Sol, pero dejan pasar las tonalidades rojas. Por esta razón, el satélite se vuelve rojo u ocre durante los eclipses de Luna.
¿Por qué se llama Luna de sangre?
La historia tiene que ver con el rey Herodes, quien era un político romano de Israel en la época de Cristo. Estaba casado con Herodías, una mujer que tenía una hija de otro matrimonio llamada Salomé, quien era “muy seductora y de una belleza inaudita”.
Herodes se enamoró de ella y le rogó que le bailara la “Danza de los siete velos”, ella se negó. El rey le ofreció a cambio sus cisnes blancos, joyas e incluso la mitad de su reino, pero ella seguía negándose.
Le dijo: “te ofrezco lo que quieras”. Finalmente accedió y le pidió la cabeza de Juan Bautista. El rey le ofreció muchas otras cosas, ella no aceptó. Al final, mandó a cortar la cabeza de Juan Bautista y la pusieron en una charola de la plata para llevársela a Salomé.
Justo ese día hubo un eclipse total de Luna, que particularmente se puso roja. Desde entonces los eclipses lunares se conocen como “Luna de Sangre”, concluyó la investigadora universitaria.
Fuente: UNAM Global