A principios de los años 90, la mayoría de usuarios que se conectaban a Internet lo hacían con módems a una velocidad máxima de 28.8 kbps.
En esa época, empezaban a desarrollarse las primeras aplicaciones web y por tanto, las páginas web comenzaban a incluir formularios complejos.
Con unas aplicaciones web cada vez más complejas y una velocidad de navegación tan lenta, surgió la necesidad de un lenguaje de programación que se ejecutara en el navegador del usuario. De esta forma, si el usuario no rellenaba correctamente un formulario, no se le hacía esperar mucho tiempo hasta que el servidor volviera a mostrar el formulario indicando los errores existentes.
Brendan Eich, un programador que trabajaba en Netscape, pensó que podría solucionar este problema adaptando otras tecnologías existentes (como ScriptEase) al navegador Netscape Navigator 2.0, que iba a lanzarse en 1995. Inicialmente, Eich denominó a su lenguaje LiveScript.
Posteriormente, Netscape firmó una alianza con Sun Microsystems para el desarrollo del nuevo lenguaje de programación. Además, justo antes del lanzamiento Netscape decidió cambiar el nombre por el de JavaScript. La razón del cambio de nombre fue exclusivamente por marketing, ya que Java era la palabra de moda en el mundo informático y de Internet de la época.
Eich, que ahora es director ejecutivo del navegador Brave.
Empezó sus años universitarios interesado en la Física y las Matemáticas.
“Pero estaba en Silicon Valley, y allí todo giraba en torno a los ordenadores”
Además, la Física parecía haberse quedado estancada tras el programa espacial, así que acabó seducido por la computación. “Había estudiado español en el instituto y alemán en la universidad; me interesaban los idiomas”, según el portal uniwebsidad.com.
Ahora JavaScript es el lenguaje de programación más usado.
Y, según las encuestas de Stack Overflow, lo ha sido durante los últimos siete años.
“Si tuviera que resumirlo en una frase, diría que es lo que hace que la web sea interactiva. Es accesible para principiantes porque puedes escribir dos líneas de código y ver los resultados ante ti. En cierto sentido, democratiza, porque no necesitas ir a la universidad para aprenderlo.”
Concreta Jad Joubran, consultor web y docente con amplia experiencia en la enseñanza de este lenguaje. En los inicios, nos trajo botones y locos cursores animados. Con el tiempo abrió las puertas a la reproducción de vídeos, las videollamadas e incluso industria publicitaria. De hecho, es parcialmente responsable de que los sitios que visitamos nos conozcan tan bien.
“Javascript no fue el único que hizo posible la monitorización en la web. Sencillamente añadió leña a un fuego que ya estaba ahí.”
Admite Eich.
Pero sus dominios no acaban en la ventana del navegador.
JavaScript se ha derramado por nuestras vidas, integrándose en el código que controla robots, neveras, televisores y hasta bombillas. “No es una exageración decir que JavaScript nos ha cambiado la vida, hay más de 10 millones de profesionales en el mundo que se consideran desarrolladores de JavaScript.
Información de: uniwebsidad.com y el diario elpais.com.