Científicos de la Escuela Superior de Medicina del IPN, comprobaron en modelos animales que al aplicar la terapia de oxigenación hiperbárica es posible recuperar el 60% de tejido dañado del miocardio después de un infarto.
El especialista de la Escuela Superior de Medicina (ESM), Gustavo Guevara Balcázar, responsable del proyecto, destacó que esta es una de las investigaciones que se realizan en el Laboratorio de Medicina Hiperbárica Experimental, mediante las cuales él y los doctores María del Carmen Castillo Hernández y Alexandre Kormanovski Kovzova, dan sustento científico al uso de la terapia de oxigenación hiperbárica para tratar diversas afecciones, cuyos resultados ya están publicados en revistas internacionales.
El experto explicó que por un infarto al miocardio se pierde aproximadamente 80% de la pared del corazón.
Destacó también que después de aplicar diariamente la terapia durante 15 días a los animales observaron que recuperaron entre 50 y 60 por ciento del tejido dañado, además comprobaron cambios significativos en los electrocardiogramas con el infarto y después de la terapia de oxigenación hiperbárica.
El doctor Guevara Balcázar refirió que en el Laboratorio de Medicina Hiperbárica Experimental cuentan con una cámara hiperbárica donada por una empresa interesada en la investigación clínica.
“Con esta infraestructura hemos comprobado -bajo protocolos específicos-, por ejemplo, bajo la mejoría significativa de pacientes con problemas circulatorios; tenemos documentado el caso de una persona con pie diabético a quien aplicamos esta terapia y evitamos que le amputaran la extremidad”
Apuntó que la cámara hiperbárica es poco conocida en México, ya existe en algunos hospitales públicos y privados, pero hace falta impulsar la investigación científica sobre sus beneficios, ya que hay sitios en donde no son especialistas quienes aplican la terapia o la infraestructura es inadecuada.
“Es importante que la terapéutica la administre un médico especialista y que la estructura de la cámara sea de acero, ya que de lo contrario no funciona y los enfermos pueden ser presas de la charlatanería”.
Fuente: IPN